Portuigualdad - Igualdad de Oportunidades entre mujeres y hombres de Portugalete

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Hemen zaude: Hasiera Noticiero por la Igualdad de Oportunidades entre Hombres y Mujeres Archive 2008 02 15 Izaskun Moyua: «Hoy se asesina a las mujeres porque no quieren ser sumisas»
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Izaskun Moyua: «Hoy se asesina a las mujeres porque no quieren ser sumisas»

| -k bidalia webmaster2 | Esteka iraunkorrak | Violencia de Género

Fuente: AITOR ALONSO(aelcorreodigital.com)

«Criamos a los hijos peor de lo que creemos. A la niña se le educa para ser tierna; al niño, para ser competitivo»

zakun Moyua (Oñati, Guipúzcoa, 1958) 'heredó' en 2005 la dirección del Instituto Vasco de la Mujer, Emakunde, al que estaba vinculada desde 1999 como secretaria general. Tomó el relevo de Txaro Arteaga, la periodista a quien el Parlamento vasco encargó la puesta en marcha de un servicio pionero que hubo que crear «de la nada» y que pronto se convirtió en espina dorsal de las políticas vascas de igualdad. Emakunde cumplió ayer 20 años en un momento histórico de especial dureza para muchas mujeres. «Siempre hemos tenido que luchar por nuestros derechos», afirma Moyua. «Lo hicimos por la educación, y nos apedrearon. Por el sufragio electoral, y nos apalearon. Hoy hay mujeres que están siendo asesinadas porque quieren ser libres, porque no quieren vivir en una situación de sumisión».

-¿Qué balance debe hacerse de estos 20 años de Emakunde?

-Muy positivo. Empezamos de la nada y todo lo que se ha hecho ha sido construir, y además en la dirección adecuada. Siempre hemos tenido el objetivo muy claro: conseguir la igualdad real de mujeres y hombres para que ganemos todos.

-Los primeros pasos debieron ser duros. ¿Hubo que romper muchas barreras?

-Hubo que explicar qué era impulsar políticas de igualdad, porque era algo que se desconocía. Apenas había nada escrito y mucho menos puesto en práctica. Hubo que crear estructuras, redes, órganos consultivos un trabajo muy duro para sentar las bases.

-Tuvo que ser complicado ganarse la confianza de una clase política dominada por los hombres.

-Sí, claro. Hace veinte años había en Euskadi 9 mujeres parlamentarias y 66 hombres. Eran una absoluta minoría. Hoy son 43 mujeres y 32 hombres y la presidenta, además, es mujer. Era un sueño. Muchas no pensábamos que sólo veinte años después nos íbamos a encontrar en una situación así.

-Pero quedarán aún otros muros por derribar.

-Quedan muchos. Hace 20 años, fíjese, ni siquiera teníamos datos de violencia contra las mujeres, que hoy es una lacra terrible. Era una cuestión privada, invisible, con un nivel de permisividad inaceptable. Ahora podemos decir que la conciencia social ha cambiado y que ya no es un problema privado, sino social. Las mujeres asesinadas, lamentablemente, tienen nombre y apellido, pero eso es importante en el proceso de visibilidad del fenómeno. Pero hay mucho que más que hacer: mejorar la atención, evaluar los servicios públicos, optimizar la coordinación entre las instituciones jurídicas, sanitarias, administrativas Y también es fundamental actuar en la prevención, donde creo que estamos empezando y que es donde hay que poner toda la carne en el asador.

-La necesidad de frenar la violencia contra la mujer eclipsa ahora otro tipo de políticas.

-Es que es un problema de vida o muerte. En cada momento histórico las mujeres han tenido que luchar por un derecho. En un momento dado, por la educación, y eran apedreadas por querer entrar en las universidades. En otro, por querer votar, y también fueron apaleadas y despreciadas por ello. Hoy las mujeres están siendo asesinadas porque quieren ser libres, porque no quieren vivir con sumisión respecto a los hombres. La mejor forma de atacar la violencia es atacar su origen, la desigualdad.

-¿La inmigración empeora las estadísticas?

-Debemos ser prudentes. La mayoría de los hombres maltratadores de este país son de este país, no de otros. Sí es cierto que el número de casos entre inmigrantes aumenta, quizá en mayor medida que su peso poblacional. Es una realidad emergente ante la que hay que estar alerta, estudiarla y ver cómo se puede actuar. La pobreza, la lejanía de tu país y de un entorno afectivo o familiar son añadidos que pueden agravar las situaciones.

-¿La conciliación de la vida laboral y familiar es otro objetivo de este momento histórico?.

-Claro. Y nos vamos a dirigir a los hombres. Es clave que ellos se hagan también responsables del cuidado de los seres humanos, niños y ancianos, por ejemplo. Esta tarea no puede recaer siempre sobre las mujeres. La mujer ha entrado de forma importante en el mercado laboral. Es cierto, aunque también lo es que el 85% de los contratos son precarios. Pero el 70% del trabajo doméstico recae en las mujeres vascas. Luego la pregunta es: ¿En qué condiciones está entrando la mujer en el mercado laboral?

Empleos más flexibles

-¿Qué se puede hacer?

-El plan de acción positiva ya marca tres ámbitos. Primero, profundizar en la corresponsabilidad de los hombres. Segundo, adecuar las estructuras del empleo a estas nuevas necesidades, con más flexibilidad y soluciones imaginativas. Y en tercer lugar, potenciar los servicios sociocomunitarios, como escuelas infantiles o centros de día.

-¿Se enseña en casa la igualdad en Euskadi?

-Más despacio de lo que quisiéramos. Lo curioso es que en las familias creemos que lo estamos haciendo mucho mejor de lo que realmente lo hacemos. Creemos que somos diferentes a nuestros padres, pero al final la educación reproduce los clichés de género. Las niñas siguen siendo criadas para cuidar de su amatxo, para dedicarse a los afectos, ser tiernas y dulces. Y a los chicos se les empuja a la competitividad y a ser más fuerte. Son valores muy interiorizados, y es difícil cambiarlos.

-¿Cuál ha sido el episodio del que Emakunde está más orgullosa?

-La Ley de Igualdad de 2005. Fue un antes y un después. Es una Ley que ata mucho a la Administración y que ya no deja las políticas de igualdad al albur del voluntarismo de los gobernantes.

- ¿Qué balance hace de su eficacia?

-Positivo, se han puesto muchas cosas en marcha. Se han creado unidades de igualdad, una defensoría, las cuotas de participación política... Hemos llegado a conseguir que se sancione la publicidad sexista, lo que es muy importante.

-Imagine el escenario a 20 años. ¿Hasta dónde se habrá avanzado?

-Las mujeres estarán en sitios importantes y habrá menos desigualdades, pero continuarán.

-Y quizá tendremos una mujer lehendakari.

-Eso es muy probable. ya tenemos una presidenta del Parlamento y hay muchos ejemplos en el mundo: Chile, Alemania, quizá hasta en Estados Unidos... Esto se va a normalizar en poco tiempo.
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