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Miguel Gutiérrez: «La crisis afecta más a las mujeres porque son más responsables»
2009/04/14 14:12 | -k bidalia webmaster2 | Esteka iraunkorrak | Salud y MujerFuente: (elcorreodigital.com)
Los psiquiatras detectan un aumento de las consultas por ansiedad y depresión causadas por el paro y los cierres
Los psiquiatras como Miguel Gutiérrez, jefe del Servicio del Hospital de Santiago y coordinador de la Unidad Docente de Medicina de la UPV de Vitoria, han detectado ya los primeros casos de enfermedad mental a causa del paro y el cierre de empresas. Gutiérrez participó ayer en unas jornadas de la Escuela Universitaria de Enfermería de Vitoria. Especialistas, profesores y alumnos reflexionan sobre «las repercusiones de la crisis económica en la salud».
Los psiquiatras como Miguel Gutiérrez, jefe del Servicio del Hospital de Santiago y coordinador de la Unidad Docente de Medicina de la UPV de Vitoria, han detectado ya los primeros casos de enfermedad mental a causa del paro y el cierre de empresas. Gutiérrez participó ayer en unas jornadas de la Escuela Universitaria de Enfermería de Vitoria. Especialistas, profesores y alumnos reflexionan sobre «las repercusiones de la crisis económica en la salud».
-¿Se manejan datos sobre esa incidencia de la recesión en la salud mental de los afectados?
-Hay estimaciones subjetivas. Pero los estudios epidemiológicos requieren tiempo. Conoceremos esos datos a finales de 2009 y desde luego confirmarán lo que vemos en las consultas, que aumentan los diagnósticos psiquiátricos de ansiendad y de depresión. O de ambos a la vez, mayoritariamente.
-¿Cuál es la espoleta que hace estallar esas enfermedades?
-En realidad, son cuadros relacionados siempre con el estrés, o sea el resultado del fracaso de la adaptación que tiene una persona hacia situaciones estresantes.
-¿Qué síntomas ven los médicos en las consultas?
-Los niveles socioeconómicos bajos y la pérdida de estatus que se produce en una crisis originan un aumento de los trastornos mentales; de las patologías cardiovasculares relacionadas con el estrés; un incremento de la tasa de mortalidad general porque disminuyen los sistemas inmunológicos de la gente; hay desigualdades en la salud, según el estrato social; aumenta la violencia; resurgen enfermedades infecciosas porque hay menos cuidados asociados a un empobrecimiento; más desequilibrios nutricionales y un aumento de la demanda asistencial.
-¿Y dentro de las empresas?
-Hay otros factores importantes que también pasan factura, como la desorganización del trabajo en cuanto a cargas para cada trabajador; la incertidumbre sobre el futuro laboral; una exacerbación de la competitividad; se estimulan los conflictos y la insolidaridad entre los compañeros. También se crean estrategias de acoso moral de los empresarios para desembarazarse gratuitamente de los trabajadores. Todo esto va a generalizar el estrés en mucha gente.
-¿Afecta más a hombres que a mujeres?
-Sin duda, a las mujeres. Son más vulnerables.
-¿Por qué?
-Porque tienen más sentido de la responsabilidad. Se implican más emocionalmente en este tipo de situaciones. Cuando ven que no hay nada que hacer y que no depende de ellas la resolución del problema, se inhiben y se deprimen.
-¿Hay un denominador común en estos enfermos?
-El que cae hace una anticipación pesimista del futuro. Lo percibe con una gran inseguridad que le hace creer que no habrá apoyos externos ni familiares, ni laborales, ni sociales para salir adelante. Al final rompe su salud.
«Preparados»
-¿Está la Administración sanitaria preparada para esto?
-Yo creo que sí. No es una epidemia de una patología desconocida. El perfil actual de los enfermos que acuden a atención primaria es muy parecido a éste, pacientes con cuadros de ansiedad y depresión. Otra cosa es que las consultas aumenten.
-¿Y el tratamiento?
-El tratamiento tiene que ser mixto. Hay que delimitar las circunstancias que producen el estrés. A unos les bastará apoyo psicoterapéutico y entre un 20 y un 30% necesitarán medicinas. Además, hay que mejorar su circunstancia, apoyarle socialmente y formarle.
-¿Temen un aumento de los suicidios?
-Ocurre en todas las crisis, el 29, 'el corralito'... La política sanitaria tiene que preverlo. Aumenta también la violencia social.
-¿Se manejan datos sobre esa incidencia de la recesión en la salud mental de los afectados?
-Hay estimaciones subjetivas. Pero los estudios epidemiológicos requieren tiempo. Conoceremos esos datos a finales de 2009 y desde luego confirmarán lo que vemos en las consultas, que aumentan los diagnósticos psiquiátricos de ansiendad y de depresión. O de ambos a la vez, mayoritariamente.
-¿Cuál es la espoleta que hace estallar esas enfermedades?
-En realidad, son cuadros relacionados siempre con el estrés, o sea el resultado del fracaso de la adaptación que tiene una persona hacia situaciones estresantes.
-¿Qué síntomas ven los médicos en las consultas?
-Los niveles socioeconómicos bajos y la pérdida de estatus que se produce en una crisis originan un aumento de los trastornos mentales; de las patologías cardiovasculares relacionadas con el estrés; un incremento de la tasa de mortalidad general porque disminuyen los sistemas inmunológicos de la gente; hay desigualdades en la salud, según el estrato social; aumenta la violencia; resurgen enfermedades infecciosas porque hay menos cuidados asociados a un empobrecimiento; más desequilibrios nutricionales y un aumento de la demanda asistencial.
-¿Y dentro de las empresas?
-Hay otros factores importantes que también pasan factura, como la desorganización del trabajo en cuanto a cargas para cada trabajador; la incertidumbre sobre el futuro laboral; una exacerbación de la competitividad; se estimulan los conflictos y la insolidaridad entre los compañeros. También se crean estrategias de acoso moral de los empresarios para desembarazarse gratuitamente de los trabajadores. Todo esto va a generalizar el estrés en mucha gente.
-¿Afecta más a hombres que a mujeres?
-Sin duda, a las mujeres. Son más vulnerables.
-¿Por qué?
-Porque tienen más sentido de la responsabilidad. Se implican más emocionalmente en este tipo de situaciones. Cuando ven que no hay nada que hacer y que no depende de ellas la resolución del problema, se inhiben y se deprimen.
-¿Hay un denominador común en estos enfermos?
-El que cae hace una anticipación pesimista del futuro. Lo percibe con una gran inseguridad que le hace creer que no habrá apoyos externos ni familiares, ni laborales, ni sociales para salir adelante. Al final rompe su salud.
«Preparados»
-¿Está la Administración sanitaria preparada para esto?
-Yo creo que sí. No es una epidemia de una patología desconocida. El perfil actual de los enfermos que acuden a atención primaria es muy parecido a éste, pacientes con cuadros de ansiedad y depresión. Otra cosa es que las consultas aumenten.
-¿Y el tratamiento?
-El tratamiento tiene que ser mixto. Hay que delimitar las circunstancias que producen el estrés. A unos les bastará apoyo psicoterapéutico y entre un 20 y un 30% necesitarán medicinas. Además, hay que mejorar su circunstancia, apoyarle socialmente y formarle.
-¿Temen un aumento de los suicidios?
-Ocurre en todas las crisis, el 29, 'el corralito'... La política sanitaria tiene que preverlo. Aumenta también la violencia social.