CiU y PSOE alcanzaron ayer un «principio de acuerdo» en el Congreso de los Diputados para aplicar esta ampliación en los casos de nacimiento, acogida (preadoptiva o permanente) y adopción. Entre ambos grupos parlamentarios suman los votos suficientes para conformar una mayoría absoluta que saque adelante esta reforma que la Comisión de Igualdad abordará el próximo 18 de junio. «Es una medida muy útil para la conciliación y la corresponsabilidad entre hombres y mujeres a la hora de criar a los hijos», destacó ayer Carmen Montón, portavoz socialista de dicha comisión. La maternidad exige una recuperación física y una disponibilidad durante la lactancia, pero aún hoy, hay empresas en que la reincorporación al puesto de trabajo de la madre tras varios meses de baja representa un obstáculo. Por ello, Montón recordó que «estamos hablando de igualdad de empleo para que las mujeres no sean penalizadas por cuestión de maternidad» y, por otra parte, «para que los padres se impliquen más en la educación de los hijos». Otra cosa será que los varones hagan un mayor uso de este permiso, algo que sigue siendo una asignatura pendiente en la mayoría de los países europeos. En España, ocho de cada diez padres cogieron el año pasado los trece días libres para ayudar a la madre en las fechas posteriores al parto, pero sólo un porcentaje mínimo disfrutó, además, de parte del permiso de maternidad cedido por su mujer, que es la otra opción que tienen los padres para estar más días con los suyos en esas circunstancias.

Funcionariado

Los permisos de paternidad tienen una corta historia en España. En el Plan Concilia (2005), destinado a funcionarios, se incorporó una baja de diez días. El resto de los españoles tenía que conformarse con los dos días de permiso que establece el Estatuto General de los Trabajadores hasta que, dos años después, la Ley de Igualdad fijó su duración en 15. La norma no excluía la posibilidad de que los convenios colectivos de las empresas ampliaran este periodo, si bien en el caso de los empleados de la Administración, establecía que no podían acumular ambos permisos. Lo que no quita para que algunas comunidades autónomas hayan mejorado estas condiciones a su funcionariado. En Cataluña, por ejemplo, el permiso de paternidad para este colectivo es de un mes, a disfrutar obligatoriamente cuando la madre termine su baja. O en el del País Vasco, los empleados del Gobierno vasco pueden ampliar hasta en dos semanas su permiso de paternidad y asistir, previo permiso, a los cursos de preparación al parto. Seguir por esta vía pedía ayer Eduardo Hertfelder, presidente del Instituto de Política Familiar, para quien hacen falta aún más soluciones, «como que los padres -funcionarios o no- puedan tomarse una excedencia para cuidar a los hijos».