Dos años y medio después de que el Parlamento vasco ratificara la Ley de Igualdad -una normativa llamada a marcar «un antes y un después» en Euskadi, en palabras del lehendakari Ibarretxe-, ocho de cada diez ayuntamientos de la comunidad siguen sin dar cumplimiento a uno de los preceptos básicos del texto, la elaboración de planes propios para fomentar la igualdad entre los hombres y las mujeres en los municipios. Así lo constató ayer la directora de Emakunde, Izaskun Moyúa, ante los representantes políticos en la Cámara vasca, donde presentó la memoria correspondiente a 2006 referente a las actuaciones públicas en esta materia.

De los 251 ayuntamientos que existen en Euskadi, desgranó Moyúa, sólo 45 disponían en 2006 de planes de igualdad en marcha, 41 a título individual y los cuatro restantes, de forma mancomunada. De ellos, 29 están en Vizcaya, 13 en Guipúzcoa y 3 en Álava, aunque estas exiguas cifras de cumplimiento de las previsiones legislativas aparecen maquilladas por el porcentaje de población correspondiente a estos municipios. De hecho, Moyúa destacó que los ayuntamientos cumplidores aglutinan al 80% de la población vizcaína, al 60% de la guipuzcoana y a más del 90% de la alavesa.

La carencia de planes se centra, en consecuencia, en aquellos municipios más pequeños «que en ocasiones no tienen estructura o personal disponible para acometer esta tarea», justificó Moyúa. La directora del Instituto Vasco de la Mujer destacó, con todo, el ánimo de colaboración del Gobierno vasco y de Eudel -la asociación de municipios de la comunidad- por dar apoyo técnico y financiero a los ayuntamientos que están en esta situación.

La memoria desgranada por Emakunde viene a reflejar un «alto cumplimiento» por parte de los poderes públicos de los programas y objetivos previstos en el cuarto plan de igualdad de la comunidad autónoma -con un total de 852 actuaciones desarrolladas-, aunque destacó que la «desigual intensidad» con las que se han abordado las diferentes áreas de actuación contempladas. De hecho, la mayoría de las actividades llevadas a cabo se han centrado únicamente en 7 de los 32 programas previstos en el plan. La erradicación del sexismo, la atención a las mujeres víctimas de maltrato, el acceso al empleo en condiciones de igualdad y la presencia de mujeres en los ámbitos cultural y artístico han sido algunas de las áreas donde las administraciones parecen haber centrado sus esfuerzos.

Menor salario

Los documentos presentados ayer por Emakunde ante la Cámara vasca dejaron constancia, sin embargo, de todo lo que queda por hacer. La radiografía de la igualdad en Euskadi muestra, según el instituto, que el 70% de los trabajos domésticos sigue estando en manos de las mujeres, aunque de forma paralela se constata un incremento de la participación masculina, si bien más como «ayudantes» que como «protagonistas».

En materia laboral, los datos del organismo revelan que Euskadi está «muy cerca» de lograr el objetivo del 60% de empleo femenino, aunque las mujeres sufren una mayor precariedad laboral -un 26% de las ocupadas tienen contratos a tiempo parcial, por un 4% de hombres- y perciben un salario medio inferior, del orden de 7.000 euros brutos anuales menos que los varones.

La relación entre el alto peso femenino en las tareas del hogar y la creciente incorporación al mercado de trabajo llevó a Moyúa a expresar sus dudas acerca de las condiciones en las que las mujeres soportan esta doble carga. La respuesta, según las opiniones recabadas por el organismo, es que esta situación lleva a que «carezcan de tiempo propio, que se auto-exijan hacerlo todo perfecto y que se constituyan en usuarias casi exclusivas de las medidas de conciliación».